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INNOVACIÓN EMPRESARIAL
(Innovando Operaciones Corporativas)
Muchos de ustedes han de saber que Japón se ha destacado por desarrollar un modelo económico diferente al existente en occidente, con características muy peculiares en lo que respecta a la innovación empresarial y a las relaciones entre gobierno-empresa. Este sistema o modelo, le llevó hacer la tercera economía mundial, y ha sido imitado posteriormente por otros Estados alrededor del mundo, los cuales han encontrado en este país muchos elementos que posteriormente han aplicado a sus propias economías (Pelegrín & Tanehashi, 2011).
Por otra parte, cuando se habla de innovación, por lo general lo primero que se nos viene a la mente es innovación del producto a nivel tecnológico y olvidamos que la innovación no es solo esto. Según la OCDE & EUROSTAT (2005), los tipos de innovaciones que podemos identificar son: “Innovaciones de Producto, Innovaciones de Proceso, Innovaciones Organizativas e Innovaciones de Mercadotecnia” (p. 23). Como puede apreciar, la innovación no puede ser únicamente enfocada en términos de tecnología del producto, por el contrario, también debemos destinar recursos para innovar en términos de operaciones corporativas (proceso, organización y mercadotecnia) ya que las innovaciones a este nivel por si solas “no constituyen solamente un factor de apoyo para la innovación de producto y proceso; ellas mismas pueden influir considerablemente en los resultados de las empresas” (OCDE & EUROSTAT, 2005, p.18).
Es importante tener en cuenta que:
La globalización ha generado en las empresas importantes aumentos en el acceso a la información y a nuevos mercados. Ello ha estimulado una competencia internacional creciente y unas nuevas formas de organización con el fin de manejar las cadenas de suministro mundiales. (…) el conocimiento se considera cada vez más como un determinante principal del crecimiento económico y la innovación. (OCDE & EUROSTAT, 2005, p. 16)
Esta globalización de la que se nos habla anteriormente, ha provocado que los actores del entorno económico, tengan mayores facilidades para apreciar las diferencias en las cualidades de productos y servicios no solo a nivel local, sino también a nivel internacional. Esto, ha obligado a las compañías a tener que innovar cada día de una manera más eficiente.
Si bien es cierto, “las decisiones, en las organizaciones japonesas, implican a un número importante de empleados y directivos, y conseguir consensos tan amplios es, por definición, un proceso lento y laborioso” (Fernández de Castro, et al., 2018, p.35). Dicho lo anterior, si a ellos les ha sido posible innovar en diversas vías, a nuestras organizaciones en Latinoamérica, también les debe ser posible. Recuerde que “la expansión de la actividad innovadora en las economías incide cada vez más en la distribución regional del ingreso” (OMPI, 2019, p. 5).
Las empresas de hoy deben poder innovar para lograr diferenciarse, recordando que: “diferenciación significa recorrer el camino hacia la exclusividad absoluta construyendo dimensiones únicas en el sector industrial” (Pulgarín & Rivera, 2012, p. 97).
El cambio debe ser ágil y rápido ya que “solo para mantener su posición relativa, una compañía debe avanzar a través de un crecimiento y cambio continuos. Para mejorar su posición, debe crecer y cambiar al menos dos veces más rápido que eso” (Ansoff, 1957, p. 113).
En nuestra vida personal y profesional, debemos aplicar constantemente el KAIZEN, palabra japonesa que significa mejorar continuamente. Esta mejora continua nos impulsara a buscar la excelencia en las actividades que ejecutamos y directa o indirectamente nos encaminara hacia la innovación continua.
Por supuesto, en concordancia con lo que nos menciona Serna (2008), en todo este proceso:
(…) se requiere una administración comprometida que no le tema al cambio y motive la participación de los integrantes de la compañía en el logro de los objetivos y metas propuestas. Debe ser una administración muy segura del direccionamiento que le da a la empresa. (p. 216)
Como colaboradores, u organización como un todo, debemos estar siempre en la búsqueda constante de la ventaja competitiva por medio de la innovación ya que a como bien lo menciona Segura (2020), la “ventaja competitiva, es aquella que por una u otra razón, nos hace únicos en el mercado, con características que no son tan fáciles de igualar por nuestros competidores” (Segura, 2020, p. 50).
Referencias:
Ansoff, I. (1957). Strategies for Diversification. The United States of America: Harvard Business Review.
Fernández de Castro. A., Calvo, J., & Navarrete, P. (2018). Wa, claves de la cultura corporativa japonesa. Barcelona, España: Editorial Virtuts Angulo.
OCDE & EUROSTAT. (2005). Manual de Oslo: Guía para la Recogida e Interpretación de Datos sobre Innovación. Tercera Edición. Recuperado de: http://www.itq.edu.mx/convocatorias/manualdeoslo.pdf
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). (2019). Informe mundial sobre la propiedad intelectual 2019. La geografía de la innovación: núcleos locales, redes mundiales. Recuperado de: https://www.wipo.int/edocs/pubdocs/es/wipo_pub_944_2019.pdf
Pulgarín, S. & Rivera, H. (2012). Las herramientas estratégicas: un apoyo al proceso de toma de decisiones gerenciales. Criterio Libre, Vol. 10 (16), 89-114.
Pelegrín, A. & Tanehashi, A. (2011). Economía de Japón. España: Editorial UOC.
Segura, C. (2020). EL PROCESO DE UN ESTRATEGA. Menos directivos y más estrategas. Japón: KUMIAY Internacional, Co. Ltd.
Serna, H. (2008). Gerencia estratégica: teoría-metodología, alineamiento, implementación y mapas estratégicos. Índices de gestión. Décima edición. Bogotá, Colombia: 3R Editores.
América Latina y el Caribe mantiene una trayectoria de moderado crecimiento y su economía se expandirá 1,5% en 2018, a pesar de incertidumbres externas
La CEPAL dio a conocer hoy su Estudio Económico 2018, en donde realiza un profundo análisis de la evolución de la inversión en la región.
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En un contexto internacional marcado por la incertidumbre y la volatilidad, las economías de América Latina y el Caribe crecerán 1,5% en promedio en 2018, gracias a un repunte de la demanda interna, especialmente del consumo privado, y un leve aumento de la inversión, señaló la CEPAL en un nuevo informe anual.
El Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2018, una de las publicaciones más tradicionales del organismo -editada ininterrumpidamente desde el año de su fundación (1948)- fue dado a conocer hoy en una conferencia de prensa en la Sede Subregional de la CEPAL en México, en Ciudad de México, por su Secretaria Ejecutiva, Alicia Bárcena.
Según el documento, el crecimiento promedio general de la región -cuya proyección disminuyó siete décimas con respecto a la última estimación entregada por el organismo en abril pasado- mantiene una tendencia positiva, si bien muestra signos de ralentización. Al igual que en ocasiones anteriores, existe una gran heterogeneidad entre los distintos países y subregiones, ya que se espera que América del Sur crezca 1,2% en 2018, mientras que América Central lo haría en 3,4% y el Caribe en 1,7%. En relación a los países, República Dominicana y Panamá liderarán el crecimiento de la región, con aumentos del Producto Interno Bruto (PIB) de 5,4% y 5,2%, respectivamente, seguidos por Paraguay (4,4%), Bolivia (4,3%), Antigua y Barbuda (4,2%), y Chile y Honduras (ambos con 3,9%).
El Estudio Económico agrega que este crecimiento regional se da en un escenario global complejo, caracterizado por conflictos comerciales entre Estados Unidos, China y otras naciones; riesgos geopolíticos crecientes; una caída en los flujos de capitales hacia los mercados emergentes en los últimos meses y un alza en los niveles de riesgo soberanos; depreciaciones de las monedas locales frente al dólar; y una expansión económica mundial que tiende a perder dinamismo.
El informe indica que la recaudación tributaria de América Latina se mantiene estable en 2018 en torno al 17,8% del PIB (frente al 17,9% anotado en 2017), mientras que la inflación promedio se mantiene dentro de lo esperado (6,5% a junio frente al 5,3% en 2017, excluyendo a Venezuela). En tanto, la tasa de desocupación urbana regional ha dejado de crecer y se mantendría en 9,2%, por debajo del 9,3% del año pasado, gracias a una mayor generación de empleo asalariado (1,4% en el primer trimestre de 2018, luego de anotar 0,3% en 2017).
En el ámbito fiscal, las medidas dirigidas a la consolidación fiscal en América Latina han dado lugar a una reducción esperada del déficit primario, que pasaría de un déficit medio del 0,8% del PIB en 2017 a uno del 0,5% del PIB en 2018.
“Nuestra región sigue creciendo, aunque a menor ritmo de lo proyectado hace unos meses, a pesar de las turbulencias internacionales. Eso es positivo pero nos insta a redoblar esfuerzos para generar una reactivación, sin caer en ajustes fiscales excesivos. Aquí la integración regional puede jugar un papel fundamental y hacia allá debemos apuntar”, remarcó la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena.
En esta edición, el informe de la CEPAL dedica la mayoría de sus capítulos a un profundo análisis de la evolución de la inversión en América Latina y el Caribe entre 1995 y 2017, con sus hechos estilizados, principales determinantes y desafíos de política. Señala que la región ha aumentado sus niveles de inversión en las últimas dos décadas, cerrando la brecha existente con otras regiones del mundo. Advierte, sin embargo, que se requiere un esfuerzo adicional para promover los encadenamientos productivos de esta inversión y así apuntalar el crecimiento económico.
El Estudio indica que entre 1995 y 2017 la formación bruta de capital fijo (inversión fija) aumentó del 18,5% al 20,2% como proporción del producto internto bruto (PIB) de la región, si bien a partir del 2012 el dinamismo de la inversión ha tendido a desacelerarse. Este comportamiento refleja tres ciclos económicos en este período: de 1995 a 2002, 2003 a 2008, y 2009 a 2017. Agrega que el sector de la construcción es el de mayor participación en la inversión en el lapso de tiempo analizado, con un 67,5% de la inversión total. No obstante, la maquinaria y equipo aparece como el componente más dinámico en el período, ya que la inversión en este rubro pasó de representar el 4,7% del PIB en 1995-2003 al 8,1% en 2010-2016. “Esto es positivo para la región, ya que permite incorporar mayor contenido tecnológico y sentar las bases para mejorar la productividad y sostener el crecimiento”, indica el reporte.
En tanto, los niveles de inversión privada superaron en 2017 a los de la inversión pública, con un 80,3% frente a un 19,7% de participación, respectivamente. Por ello “es necesario tener una mirada estratégica de la inversión pública, en tanto esta juega un papel importante en potenciar la inversión privada, genera un efecto de crowding-in (atracción hacia el sector privado), así como en la provisión de bienes públicos centrales para impulsar el crecimiento”, indicó Alicia Bárcena.
“La región ha hecho importantes esfuerzos para aumentar el flujo de inversión, pero tenemos el desafío de mejorar su composición sectorial para incentivar la productividad de las economías. Aún queda mucho por hacer”, enfatizó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Recuperado de: https://www.cepal.org/es/comunicados/america-latina-caribe-mantiene-trayectoria-moderado-crecimiento-su-economia-se-expandira (2018-08-27)